Debido a su ubicación la nariz es la parte del rostro más relevante, quedando en el centro del mismo, siendo imposible que pase desapercibida. Incluso aunque no tenga ninguna irregularidad o imperfección, su tamaño y su forma son cruciales a la hora de aportarle armonía y belleza al rostro. Una nariz desproporcionada al resto de rasgos faciales, como son los ojos, la boca y el mentón, puede romper la simetría facial.
La rinomodelación es una intervención estética que se lleva a cabo con sustancias reabsorbibles por el organismo como son Ácido Hialurónico o la Hidroxiapatita Ca++, con el objetivo de realizar pequeñas modificaciones de la nariz y corregir diversas imperfecciones para obtener una forma equilibrada con el conjunto del rostro, sin necesidad de una cirugía estética o rinoplastia estética.
Se trata de una intervención que no sirve para corregir cualquier tipo de nariz ya que no permite modificar la base ósea ni los cartílagos nasales, por lo tanto no está indicada para una nariz muy grande o un caballete muy prominente. Estaría indicada para corregir algunos defectos del perfil del dorso de la nariz como leves desviaciones nasales, suavizar la aparición de pequeñas protuberancias naturales o bien aquellas que hayan podido quedar después de una cirugía plástica, y para elevar puntas nasales caídas.
Es un procedimiento mínimamente invasivo, que puede requerir anestesia local o no, y cuyos resultados son inmediatos y muy naturales; aunque será necesario esperar aproximadamente un mes y medio para que los resultados sean los definitivos. La inyección del producto se hace a nivel profundo (por debajo del músculo o a nivel de hueso), siendo necesario en la mayoría de los casos realizar varias sesiones espaciadas en el tiempo para obtener el resultado deseado; ya que al ser una zona donde los pequeños cambios son muy evidentes debemos evitar siempre las sobre correcciones.
Cuando lo que se pretende es corregir la funcionalidad respiratoria o modificar las estructuras óseas y de los cartílagos para conseguir una nueva forma nasal, es necesario recurrir a la rinoplastia estética mínimamente invasiva, que requiere anestesia general y hospitalización.
Existe una gran demanda, que además va en aumento, de pacientes que quieren modificar el aspecto de su nariz y mejorar ciertas imperfecciones sin querer pasar por quirófano, para los cuales la rinomodelación es la alternativa perfecta, pero para que los resultados sean satisfactorios es imprescindible realizar un correcto diagnóstico que incluya un estudio multidimensional de la nariz con respecto al rostro. Debemos observar la cara en su conjunto y no solo la nariz, también los labios, el mentón y la posición de los ojos, de manera que los cambios que se lleven a cabo a nivel nasal deben proporcionar armonía al resto de estructuras faciales.
Por lo tanto, la rinomodelación es una de las intervenciones más eficaces y con mayor grado de satisfacción para los pacientes, ya que proporciona unos resultados óptimos sin necesidad de cirugía y con una recuperación inmediata, siempre y cuando se haga un correcto diagnóstico e indicación.